Conservar el Agua: Reto del siglo XXI
El agua dulce que consumimos representa el 1% de toda el agua del planeta, que actualmente se ve afectada por la contaminación, el cambio climático y el uso excesivo.
Los recursos hídricos de nuestro planeta consisten esencialmente en agua dulce y agua salada. Juntas, estas aguas cubren alrededor del 71% de la superficie terrestre. Sin embargo, el agua dulce que consumimos y utilizamos a diario es muy escasa, ya que sólo representa el 1% de toda el agua dulce del planeta.
Este recurso natural está disponible en lagos, ríos, embalses, pero también bajo tierra, donde se acumulan las aguas subterráneas. A pesar de su escasez, el agua dulce sustenta gran parte de la vida en la Tierra y de nuestras actividades. El agua dulce se utiliza, por ejemplo, para la agricultura y la producción de alimentos, para mantener nuestros cuerpos hidratados y sanos, para cocinar y preparar alimentos, para la higiene diaria, para las actividades industriales y la producción de la mayoría de los productos que utilizamos hoy en día.
La fuente de agua del mundo: USGS
(https://www.usgs.gov/media/images/all-earths-water-a-single-sphere)
El consumo responsable del agua que utilizamos en nuestra vida diaria es de gran importancia, no sólo contribuimos a reducir la cantidad de agua que a veces desperdiciamos, porque con cada acción estamos ayudando a mantener su disponibilidad.
El agua dulce es un bien esencial para la vida y, en este sentido, debe ser preservada y protegida de fuentes de contaminación y utilizada de forma sostenible por todos, siguiendo los principios de las 3R: reducir su consumo siempre que sea posible, promover su reciclaje y reutilización.
1. Reducir: acciones como tomar duchas cortas, cerrar el grifo mientras nos enjabonamos las manos o nos lavamos los dientes y disminuir el caudal de agua mientras lavamos los utensilios de cocina, todas estas prácticas reducen en gran medida la cantidad de litros de agua que utilizamos en nuestro día a día.
2. Reutilizar: En nuestros hogares, podemos utilizar el agua de la cocina o del lavado para regar las plantas o limpiar determinadas zonas de nuestra casa. Además, captar el agua de lluvia para lavar o utilizar en el baño es otro método eficaz. Adoptando estas prácticas, podemos reducir colectivamente el consumo innecesario de agua limpia.
3.Reciclar: desinfectar las aguas residuales para lavar o regar, filtrar el agua libre de sustancias químicas también para regar, ayudan a aprovechar al máximo este recurso.
En la actualidad, varios países, entre ellos Estados miembros de la Unión Europea, sufren cada vez más sequías. La reutilización del agua de las depuradoras de aguas residuales urbanas puede ayudar a hacer frente a la escasez de agua. Las aguas residuales constituyen una alternativa eficaz al suministro de agua, ya que garantizan una fuente segura y predecible de agua al tiempo que reducen la presión sobre las masas de agua y mejoran nuestra capacidad de adaptación al cambio climático.
El desafío al que se enfrentan ahora las personas es modificar nuestros hábitos y adaptarnos a un estilo de vida en el que el consumo y la conservación del agua son de vital importancia. Es crucial reconocer que el agua es el recurso más importante para la vida y tomar medidas para lograr su conservación. Del mismo modo, los gobiernos deben esforzarse en aplicar políticas y normativas que fomenten el reciclaje y la reutilización del agua.